Fenómenos hemodinámicos
Durante la erección se aprecia primero el aumento de la longitud y luego del calibre del pene, que progresa desde la base hasta la punta, para lograr una ingurgitación uniforme y completa a medida que se va tornando erecto y adquiriendo rigidez. Estos fenómenos suceden rápidamente en el adulto joven con estimulación coital, logrando la máxima erección a los pocos segundos, a diferencia de lo que sucede en el geronte que requiere varios minutos. Por otra parte las erecciones nocturnas son las que requieren más tiempo para desarrollarse, lo que reafirma la diferencia entre las vías de la erección coital y la producida durante el sueño.

En el fenómeno eréctil es posible distinguir tres períodos apreciables mediante su observación:

  1. Período de tumescencia
    El pene aumenta de volumen (longitud y grosor) y consistencia en forma más o menos rápida según tipo de erección y la edad del paciente.
  2. Período de rigidez o erección en meseta
    El pene adopta la rigidez y la posición necesarias para llevar a cabo la penetración, cuya duración depende del origen de la erección (coital o nocturna).
  3. Período de detumescencia o resolución
    El pene retorna a su estado de reposo o flaccidez.

    El estado de reposo o flaccidez peniana implica:
    a) un bajo flujo sanguíneo a través de las arterias cavernosas (músculo liso arterial contraído);
    b) de igual manera sus ramas las arterias terminales de resistencia también están contraídas -restringen al mínimo la entrada de sangre a los sinusoides- (músculo liso arteriolar contraído) y
    c) los espacios sinusoidales colapsados (músculo liso sinusoidal o cavernoso contraído) con sangre conteniendo un bajo nivel de tensión de oxígeno (entre 35 y 40 mm Hg.)

    El pasaje al estado erecto implica:
    a) un alto flujo sanguíneo a través de las arterias cavernosas (músculo liso arterial relajado),
    b) arterias terminales de resistencia abiertas –posibilitan la mayor entrada de sangre a los sinusoides- (músculo liso arteriolar relajado) y espacios sinusoidales pletóricos de sangre arterial (músculo liso sinusoidal o cavernoso relajado) con sangre conteniendo una alta saturación de oxígeno (entre 95 y 100 mm Hg.).
    En este punto, el lleno completo de los sinusoides cavernosos produce un fenómeno de atrapamiento sanguíneo dentro de los cuerpos cavernosos por compresión y cierre de los canales venosos de salida; fenómeno conocido como veno oclusión o córporo oclusión.

Podemos asegurar que

  1. El estado de reposo o flaccidez del pene se debe a un fenómeno activo, pero de muy bajo consumo energético, dado por el tono contráctil del músculo liso (arterial, arteriolar y cavernoso) y la baja saturación de oxígeno del sinusoide (endotelio)
    Sistema de mayor intervención: Simpático adrenérgico
    Neurotransmisor involucrado:
    Simpático -> (norepinefrina y epinefrina) receptores a1-2
    Endotelio -> endotelinas (ET1 y ET2)
    Eicosanoides constrictores -> prostaglandinas (PEF1a) y trombozano A2 (TA2)
    Sistema de bajo consumo energético de la RHO kinasa
  2. La erección implica la relajación del músculo liso (arterial, arteriolar y cavernoso) y la oxigenación del endotelio del sinusoide.
    Sistema de mayor intervención: Intervienen fibras nerviosas autónomas colinérgicas y fibras no adrenérgicas no colinérgicas o NANC y algunas simpáticas, aportadas por los nervios erectores
    Neurotransmisor involucrado:
    Por el estímulo neurovascular parasimpático -> (efector el endotelio) acetilcolina
    Por el estímulo neurovascular NANC -> (efector el músculo liso arteriolar y cavernoso) óxido nítrico (NO) y péptido intestinal vasoactivo VIP,
    Por estímulo neurovascular simpático -> (efector el músculo liso arteriolar) norepinefrina receptores ß2
    Por el endotelio -> estímulo nervioso colinérgicos y directo del oxígeno sanguíneo NO y cicloxigenasa PGE1
  3. La detumescencia está determinada por un fuerte estímulo contráctil sobre los sinusoides cavernosos que determinan su vaciado venciendo el fenómeno de veno oclusión pasiva
    Sistema nervioso de mayor intervención: simpático
    Neurotransmisor involucrado:
    norepinefrina -> receptor a1

(Ver Figura 11)  -  (Ver Figura 12)


El estado de flaccidez del pene, puede comprender entre 21 y 23 horas diarias. Además de las posibles erecciones por estímulo sexual, existen diariamente 1 a 3 horas de erecciones involuntarias durante el sueño nocturno). Estas erecciones nocturnas son imprescindibles para la oxigenación y el tropismo del tejido cavernoso.

Es necesario para una mejor comprensión de la patología y farmacología de la erección enunciar algunos eventos moleculares que constituyen la llave de la flaccidez y la erección, la contracción y la relajación del músculo liso cavernoso y arteriolar.

ARTERIAS CERRADAS
SINUSOIDE COLAPSADO 

ARTERIAS ABIERTAS
SINUSOIDE DILATADO

V 
MUSCULO LISO CONTRAIDO

V
MUSCULO LISO RELAJADO


CALCIO IONICO Ca++ DENTRO DEL CITOSOL


CALCIO IONICO Ca++ FUERA DEL CITOSOL

V
FLACCIDEZ

V
ERECCION

Mecanismos moleculares que contraen y relajan el músculo liso arteria del pene y cuerpos cavernosos
Los transmisores primarios de origen neural o endotelial, ya provoquen contracción del músculo liso (estado de flaccidez) o lo relajen (estado de erección), solo acceden a un pequeño número de fibras musculares. No obstante el músculo liso se comporta como un sincitio mediante la comunicación del citoplasma de una fibra a otra por puentes citoplasmáticos, acuosos. A través de dichas comunicaciones circulan moléculas de segundo orden (segundos mensajeros) que generarán de célula en célula la transmisión de las señales primarias generando una respuesta sincrónica en todo el tejido cavernoso.
Simplificando al máximo este concepto, el ingreso del calcio iónico al citosol provoca la contracción del músculo liso y con ello la flaccidez del pene. Por otra parte, la relajación del músculo liso arterial y cavernoso que provoca la erección peniana se llevará a cabo por bajos niveles de calcio citosólico o por una disminución a la sensibilidad a los mecanismos contráctiles del calcio Ca+2.
Hay varios mecanismos mediante los cuales el Ca+2 citosólico se puede reducir y lograr la relajación; manteniéndose fuera de la célula muscular lisa o permaneciendo secuestrado dentro de sus organelas (retículo endoplasmático o miticindrias) pero nunca disuelto en el citisol.
Para tratar de comprender como los neurotransmisores causantes de la relajación del músculo liso (por lo tanto de la erección del pene) inician estos procesos al unirse a los receptores de la membrana celular (excepto el NO que es un gas que difunde libremente a través de ella) enunciaremos dos sistemas intermedios de segundos mensajeros, que actúan en forma sinérgica:

  1. El sistema de relajación del músculo liso activado por la guanilatociclasa la cual cataliza la conversión del GTP guanosin trifosfato a GMPc guanosin monofosfato cíclico. Se encuentra activado por el NO; a su vez el GMPc activa la proteinkinasa G (PKG) la cual a través de múltiples fosforilaciones reduce el Ca+2 citosólico.
  2. El otro sistema de relajación muscular actúa mediante la vía del AMPc adenosinmonofosfato cíclico la que activa la proteinkinasa A (PKA) la cual también reduce la entrada del Ca+2 al citosil. Sus activadores son neurioransmisores como la prostaglandina E, el péptido intestinal vasoactivo (VIP) y los receptores beta de las catecolaminas.
  3. Tanto la acción del GMPC y del AMPc se ven catalizadas y acotadas en su accionas por las enzimas fosfodiesterasas (FDE), siendo la FDE5 la de mayor actividad en el tejido cavernoso y cuya acción es específica para el GMPc. Una de las primeras drogas vasoactivas empleadas para el tratamiento de la impotencia (la inyección intracavernosa de papaverina) es un inhibidor inespecífico de las fosfodiesterasas. Mientras que la última generación de fármacos orales para el tratamiento de la disfunción eréctil, lo constituyen potentes y cada vez más específicos inhibidores de la FDE5 como el sildenafil, vardenafil y tadalafil.

Cuando pensamos en fisiología de la erección debemos transitar un universo que comienza con la idea abstracta de un instinto vital, el impulso sexual, para culminar con una cadena de eventos moleculares que la posibilitan. En todo ese trayecto descenderemos por diversos niveles de organización conceptuales, psicosomáticos, orgánicos, tisulares, celulares, moleculares y farmacológicos. Cada nivel puede ser la manifestación o el asiento de una falla patológica, pero solo una visión de la totalidad del fenómeno permitirá arribar a soluciones que superen lo meramente sintomático.

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