Introducción
La farmacovigilancia es definida por la OMS como la ciencia y actividades relacionadas con la detección, valoración, entendimiento y prevención de efectos adversos o de cualquier otro problema relacionado con medicamentos. La importancia de la farmacovigilancia para obtener medicamentos seguros y su uso seguro ha sido cada vez más reconocida en los últimos años. La Farmacovigilancia ha sido objeto de intensa investigación y regulación, en particular en países de bajos recursos. Esto se debe en gran medida a la globalización del comercio y a la disponibilidad de nuevos medicamentos altamente efectivos pero potencialmente dañinos. Una gran cantidad de publicaciones, directrices e información acerca de las reacciones adversas (ADR) recientemente observadas o investigadas de todo el mundo crea una presión creciente a las personas que trabajan con medicamentos o pacientes para mantenerse al tanto de este desarrollo. Debido en gran parte a la disponibilidad mundial de información a través de Internet, los pacientes son hoy en día cada vez más críticos y frecuentemente se presentan preocupados por, o incluso temerosos de, posibles reacciones adversas medicamentosas. Esto plantea una demanda adicional sobre la capacidad de actualización de sus médicos y otros profesionales de la salud. Un desafío particular es el carácter multidisciplinar de la farmacovigilancia que requiere conocimientos en temas tan diferentes como los mecanismos moleculares de las reacciones adversas, medicina clínica, farmacoepidemiología, tecnología de la información, procesos farmacéuticos, aspectos legales, situaciones de salud pública en varios niveles y tradiciones en diferentes regiones del mundo. Además, el conocimiento teórico debe complementarse con la experiencia y las habilidades prácticas. Hay varias partes interesadas con intereses específicos y diferentes que requieren capacitación en farmacovigilancia, en medio hospitalario (especialmente integrantes de comités de farmacovigilancia y/o farmacoterapéutica), sectores asistenciales, industria farmacéutica, los reguladores, los encargados de la formulación de políticas, las organizaciones no gubernamentales relacionadas con la salud, los investigadores en farmacología u otras disciplinas sanitarias, y docentes. En esta compleja situación existe una necesidad cada vez mayor de creación de capacidad de trabajo en farmacovigilancia, en particular mediante la formación profesional a través de una amplia gama de cursos de alta calidad con diferentes enfoques y diferentes niveles de detalle. Es con este trasfondo que los expertos que trabajan en diversos campos de la seguridad de la medicina en todo el mundo tomaron la iniciativa de crear un currículum base completo, detallado y equilibrado de farmacovigilancia que es recomendado a nivel mundial por la OMS (Organización Mundial de la Salud) e ISoP (International Society of Pharmacovigilance) para la capacitación correcta en la disciplina que ha sido tomado como base (Drug Saf 2014;37:743–759) y complementado con información adicional propia de nuestro medio.