Introducción
Los desórdenes del comportamiento alimentario incluyen cada vez más foras clínicas, sin embargo la anorexia y la bulimia son padecimientos psíquicos que se manifiestan a través de diversos grados de perturbaciones en el comportamiento alimentario y presentan diferentes niveles de distorsión de la imagen corporal, sobre todo en sujetos jóvenes de la cultura contemporánea. Estos padecimientos son muy frecuentes en la población adolescente de los países industrializados y ha adquirido características de fenómeno epidémico en las últimas décadas. Son condiciones complejas que afectan, a las personas que lo padecen, tanto desde el punto de vista emocional como físico y pueden derivar en serias consecuencias para la salud, las relaciones interpersonales, así como también, para la inserción en el mundo social y laboral. En las actuales clasificaciones nosográfícas, estas patologías se enmarcan dentro de los denominados trastornos de la conducta alimentaria, sin embargo, acompañan a estos síntomas una profunda insatisfacción con el propio cuerpo. Tanto la Bulimia como la Anorexia pueden manifestarse en ambos sexos, sin embargo la frecuencia mayor se observa en el género femenino, con un porcentaje muy pequeño en el género masculino, aunque se observa un incremento en la tendencia entre los varones en los últimos años. La edad de aparición es más precoz para la manifestación de la anorexia, la cual se observa frecuentemente en la adolescencia temprana; mientras que la bulimia se manifiesta con mayor incidencia en la adolescencia tardía o temprana juventud. Habitualmente las personas que las padecen son perfeccionistas o presentan expectativas extremadamente exageradas o directamente no realísticas; en general, padecen de baja autoestima y necesitan de la aprobación constante de las otras personas. Existen otras manifestaciones dentro de estos problemas como los trastornos por atracón, el síndrome del comedor nocturno, la ortorexia y el síndrome del comedor selectivo, así como los trastornos de la alimentación no especificados. Las personas que sufren de estas perturbaciones necesitan de un tratamiento profesional interdisciplinario que involucre tanto los aspectos físicos como lo psíquicos. La edad precoz de aparición hace que toda la familia esté involucrada en el tratamiento de estas afecciones. Aquellos profesionales y/o educadores involucrados en el contacto, enseñanza o tratamiento tanto de jóvenes, así como de niños y adolescentes pueden detectar precozmente estos trastornos a través de sus comentarios, actitudes y relación con la comida.