Introducción

Si bien el tratamiento quirúrgico no es la conducta más utilizada en el manejo de los pacientes con disfunciones sexuales, existen ciertas circunstancias en las que la cirugía cumple un rol preponderante en la solución de problemas.
Son los casos a tratar, la corrección de las curvaturas penianas en la enfermedad de Peyronie, la resolución de los priapismos refractarios a la terapia médica, la resolución de los traumatismos penianos con ruptura de la túnica albugínea y/o cuerpo esponjoso y el implante protésico en la disfunción eréctil refractaria al tratamiento médico. Este último tema, será desarrollado en una clase aparte.

Enfermedad de Peyronie

La enfermedad de Peyronie fue reportada por primera vez en el ámbito científico por François Gigot de La Peyronie en la academia de París en 1743. También llamada “induratio penis plastica” , está presente en el 3% de la población masculina entre los 40 y 60 años, consiste en la formación de una placa indurada en la túnica albugínea, lo que resulta en una tríada sintomática consistente en:

No necesariamente coexiste la tríada completa. En general, el dolor es característico de las fases tempranas de la enfermedad, en la que predomina el componente inflamatorio. Es más típico el dolor durante la erección o la actividad sexual y menos frecuente el dolor espontáneo o sólo con la palpación de la placa. En general el dolor tiende a desaparecer una vez que la enfermedad “madura”, lo que lleva entre 6 y 18 meses. La presencia de una placa fibrosa en un tejido elástico como es la túnica albugínea, que es la que determina la morfología del pene en erección, puede traer aparejada cambios morfológicos durante la misma. Los pacientes habitualmente se quejan de curvaturas adquiridas en la erección que pueden ser dorsales, ventrales, laterales o mixtas.
(Haga clic aquí para ver Imagen 1:"Paciente con Enfermedad de Peyronie con curvatura peniana lateral")
También pueden aparecer deformidades en “reloj de arena”, indentaciones y frecuentemente acortamiento del órgano. En algunos pacientes, la curvatura puede ser suficientemente severa como para impedir la penetración.
La disfunción eréctil puede ser concomitante o resultar de la interferencia de la placa de fibrosis sobre el mecanismo veno-oclusivo, encargado de regular el flujo sanguíneo saliente del cuerpo cavernoso.

La etiopatogenia de la enfermedad de Peyronie no está claramente establecida. Existen varias líneas de investigación en las que se evalúan principalmente factores traumáticos y genéticos. Se ha visto una asociación de ésta patología con la enfermedad de Dupuytren y Ledderhose (induración de tendones flexores palmares y plantares respectivamente).
El diagnóstico de la enfermedad de Peyronie es eminentemente clínico y debe establecerse el diagnóstico diferencial con el pene corvo congénito, que es una patología primaria (durante toda la vida del paciente) y no presenta placa de fibrosis, más raramente puede confundirse con otras induraciones penianas como las linfangitis o trombosis venosas.
Para poder evaluar la curvatura es útil pedirle al paciente que se tome una fotografía en erección en varias incidencias, si esto es dificultoso, se puede realizar en el consultorio una inyección intracavernosa de drogas vaso activas. Los estudios de imágenes son opcionales y consisten en la ecografía peniana que puede demostrar la placa y su densidad y la radiografía simple con técnica mamográfica que va a determinar la presencia de calcificaciones. Es poco probable que el resultado de los estudios antedichos modifiquen la conducta del manejo de éstos pacientes y es por esto que se los considera opcionales. El eco-Doppler color peniano bajo el efecto de drogas vaso activas es un estudio útil ante el eventual tratamiento quirúrgico de los pacientes con ésta patología. El estudio va a determinar la suficiencia vascular de la erección y puede identificar vasos comunicantes entre el sistema dorsal y cavernoso que puedan estar atravesando la placa a tratar, lo que determinará la necesidad de preservar los mismos durante el acto quirúrgico.

El tratamiento médico de la enfermedad de Peyronie es más o menos empírico y se ha utilizado medicación oral como la vitamina E, colchicina, para amino benzoato de potasio y tamoxifeno; inyecciones intra-placa de verapamil, corticoides y tratamientos físicos como el laser de arsenuro de galio, radioterpia y ondas de choque. En general, el tratamiento médico es de mayor utilidad en el tratamiento del dolor y también se han reportado mejorías en las curvaturas.

Cuando la deformidad peniana produce una dificultad o impedimento para la actividad sexual del paciente, la cirugía puede corregir la curvatura en forma satisfactoria.
Siempre se debe esperar a la madurez de la placa para tomar la decisión quirúrgica.
Básicamente, la cirugía corrige la curvatura tomando uno de los dos caminos.

En general, se realiza una corporoplastia para las curvaturas menos severas y tratamiento de la placa en los casos más severos.

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