EL CONOCIMIENTO EN LA ANTIGÜEDAD DE LA VIA PERCUTANEA COMO VIA DE ABSORCION DE LOS VENENOS.

(Publicado en el Boletín de la Asociación Toxicológica Argentina.
(Adherida a la IUTOX). Año 19, Nº 67/68. Mar/Jun. 2005. p 27 – 28.
)

 

Hércules abrasado por el veneno que poseía la túnica del centauro Neso.

Los grandes trágicos griegos, según puede comprobarse en  las Tranquininas de Sófocles y Medea de Eurípides, hablan de envenenamientos; aunque en realidad más que crímenes perpetrados con este método, son realizados con la ayuda de la magia. Así puede consultarse la leyenda de Deyanira y de la túnica de Neso, o la de la flecha de Hércules, que se transforma en venenosa por la sangre de la hidra Lerna.

Hércules ya había utilizado antes flechas empapadas en veneno de la hidra Lerna, cuando hirió al centauro Quirón con una de ellas. Cuenta la leyenda que Quirón era un centauro sabio que dirigía una escuela en el monte Pelión, donde se instruyeron numerosas generaciones de héroes.

Es interesante cómo continúa la historia, ya que Quirón logró curar su emponzoñada herida con una hierba que actuó a modo de antídoto, la que fuera bautizada por esto Centaura.

Según cuenta el tercer  libro de la Ilíada, Quirón  le regaló estos conocimientos a Esculapio quien a su vez se los transmitió a su hijo Macaón el que en una oportunidad succionó la sangre de la herida de flecha de un paciente  a quien salvó administrándole también sustancias calmantes.   

En referencia a este arma podemos recordar a Toxeo, el arquero. Hijo de Eurito, rey de Eucalia, quien fuera muerto por Hércules.   

Luego de haberse casado Hércules con Deyanira, a la que obtuvo de Anteo, hijo de Poseidón dios del mar, cuando regresaban a su país debieron detenerse a las orillas del río Evena porque las lluvias habían aumentado su caudal. El centauro Neso, con el pretexto de ayudar a Deyanira a cruzarlo, intentó entonces secuestrarla.

Viendo desde la otra orilla el intento de rapto, Hércules lo hirió con una flecha que había envenenado con la sangre de Hidra. El centauro moribundo ya, dijo a Deyanira que tomara un poco de su sangre, la que según él, era un poderoso filtro de amor. Sin embargo, en realidad era un poderoso veneno.

Pasado el tiempo, y creyendo que Hércules se había enamorado de la princesa Yole, Deyanira le envió la túnica mágica por medio de Licas. Cuenta Ovidio que estando listo Hércules para comenzar un sacrificio a Júpiter, se cubrió con la túnica, pero apenas hizo las primeras libaciones, el veneno de la hidra se le extendió por todo el cuerpo. Intentó sobreponerse a los fuertes dolores que sentía pero al fín debió sucumbir a la violencia del mal abandonando el altar y el sacrificio, haciendo temblar el monte Eeta con sus gritos y lamentos. Hizo todos los esfuerzos imaginables para quitarse la túnica, arrancándose con ella la carne a jirones.

“Cruel Juno, decía, goza del bárbaro placer de verme sufrir los horrores de un veneno mortal. Mis males son tan grandes que  inspirarían compasión a mis propios enemigos.

Diosa implacable, quítame el resto de mi vida anegada de dolor! La muerte será para mí el más dulce consuelo...... Un fuego potente me abrasa, y consume mis entrañas, mientras que el desvergonzado Euristeo goza de un indigno reposo”.

Mientras así se lamentaba, corría Hércules por el monte Eeta como un tigre atravesado por el dardo que le ha herido...

Al final, ordenó que Filocretes cortara algunos árboles para levantar un lecho, el que cubrió con la piel del león de Nemea. Se acostó en él con la misma tranquilidad como si estuviera presenciando un festín.

Y mandó a su amigo que le prendiese fuego.

Luego de su muerte, los dioses lo llevaron al Olimpo y lo casaron con Hebe, diosa de la juventud.

Obsérvese que en este relato se encuentra una de las descripciones más antiguas acerca de la vía transdérmica como forma de intoxicación.

Prof. Dr. Eduardo Scarlato

 

Neso y Dejanira circa 1705 (Galeria Nacional de Londres).
El centauro Neso llevando en brazos a Deyanira, esposa de Hércules. Siglo XVII
Acuarela sobre papel. 31 x 22 cm.
Antonio Acero de la Cruz (pintor de Santa Fe de Bogotá, Colombia. Siglo XVII).
Colección Banco de la República de Colombia.
Bartholomõus Spranger. Hercules, Dejanira y el centauro Neso. 1585.
Museo Kunsthistorisches.

 

BIBLIOGRAFIA.

Calabrese A. Estudio histórico filosófico sobre toxicología. Tesis para la adscripción a la carrera docente. 1940. Biblioteca de la Facultad de Medicina UBA Argentina.

Crow. W. Las propiedades ocultas de las plantas. El ateneo editorial. Bs. As. 1990, p. 27

Ovidio. La metamorfosis. Edicomunicación ed. 1995. P. 164-167

Enciclopedia Microsoft Encarta 98. Hércules. Microsoft Corporation.

 

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